Edison Castellanos
(Huancayo, 1988)
191 Rumor de los años
192 Cualquier amante es la luna
193 Salvo el poema
194 Aviso
195 Puerto escondido
Edison Castellanos. Estudió Lenguas, Literatura y Comunicación en la Universidad Nacional del Centro del Perú. Ha publicado el poemario Estrategia del quebrado danzante (Amarti Ed., 2018) y Canto de Chihuaco (Rios Profundos Ed., 2000). En narrativa ha publicado el libro Retratos invisibles (2016).
Edison Castellanos en Almandino
(Por Alberto Sánchez Guillén)
El olvido es el pasaje que la existencia no quiere pisar, el límite que acorrala al tiempo y lo hipnotiza. El hombre suele acudir a su encuentro, cuando la continuidad de todo cuanto existe ignora al ser con todas sus manifestaciones. Es ahí cuando nace el existencialismo, cuando ningún dios acude a su encuentro y tiene que lidiar consigo mismo, caminar sobre la memoria de su cuerpo. En “Rumores de los años” (p. ##) el yo poético divaga en el recuerdo con la musa entre la nostalgia y la desesperanza. De aquello que no se construyó, es como querer volver aquel lugar que no te reconoce y se pierde el rastro humano, lejos de la multitud, en la eterna espera.
Usted dice a destiempo: “olvídame”
como a las viejas telarañas”,
pero jamás construimos un hogar
donde naciera en un rincón de la casa
un recuerdo.
En “Cualquier amante es la luna” es un tópico donde la mujer está representada en la luna. Hace una alabanza a su figura, una escena tétrica recorre su presencia. La distancia de los amantes se acorta, los ojos distantes le hablan en su lenguaje. Ella se consume en la madrugada.
Espuma excitante
recorre sus lindes,
su lubricidad, la garúa cómplice en el espacio,
ojos vedados a sus líneas circulares
Su palpitar
se desliza en silencio, se pierde
en la infidelidad de la mañana.
En “Salvo el poema” el yo poético se refugia en su labor de vate, como un presente que ha ido construyendo. Aquello que reconoce como parte esencial que le pertenece y que desea compartir. El todo y la nada una tensión constante que mantiene el equilibrio la existencia, ese constante lucha de los opuestos.
Te doy
mi poema como quien da
el ruiseñor su canto al silencio
como la brillantez derramada
del sol, al mar
Te doy ese poema
porque no tengo nada
salvo el poema
En “Aviso” las escenas cotidianas del autor es un refugio que toma para darle sentido a su labor de escritor, son las que impulsan en cada grano de su existencia: los libros, la música, el café, un sentir latinoamericano. El reconocimiento del yo poético fluctúa en los quehaceres citadinos como un rastro o una propuesta del escritor detrás de la escena.
solo por ese canto del ruiseñor, del señor,
del niño, de la madre en la vereda.
si no fuera por eso.
La vida apestaría a 200 Km por hora.
En “Puerto escondido” el sentido de pertenencia surge desde la territorialidad, y los barcos como aquellos que vienen a explotar los recursos. Un nueva conquista que deja resquebrajado las manos de este país. A la vez el territorio que se dibuja es otro barco, pero sin capitán y sin vela.
La filtración
elide el asalto de las aguas
se buscan los capitanes
los pliegues se desdoblan
Estos barcos de papel han fracasado en el arroyo
sobre el oleaje
todo el cargamento ripiado.
La migración de los pueblos hacia las ciudades toma caminos indecisos y desperdigan la esperanza en otras tierras, la raíz queda desprendida y los barcos están a la deriva.